La sensibilización central (SC) puede definirse como un estado en el que el sistema nervioso central amplifica la información sensorial. Este aumento de respuesta a los estímulos genera plasticidad a nivel neuronal, lo cual aumenta la sensibilidad a los estímulos aún más. El aumento de la sensibilidad da como resultado la percepción de dolor por estímulos no dolorosos (alodinia) y un dolor mayor del que cabría esperar de los estímulos dolorosos (hiperalgesia). La hipersensibilidad visceral puede afectar a todos los órganos y producir un malestar intolerable. En última instancia, todas estas sensaciones amplificadas, son la presentación inicial de SC como, Síntomas Medicamente Inexplicables (SMI).
Los 8 síntomas de la sensibilidad central: la complejidad del SSC conlleva a que presente una amplia sintomatología, que afecta en mayor o menor grado en función del paciente. A continuación, se resume la sintomatología en 8 grandes grupos: 1) Dolor: es el síntoma que más caracteriza al SSC. Se trata de un dolor neuropático, es decir, que se genera dentro del sistema nervioso, y en muchos casos resulta intenso y con brotes punzantes, opresivos y siempre irritantes. Suele afectar más a las zonas musculares y tendinosas que a las articulares, ya que estas primeras presentan más receptores nerviosos. También puede presentarse rigidez, contracturas e incluso pérdida de fuerza y atrofia muscular. En casos más severos se combina este dolor con el dolor articular de la artrosis y puede ser invalidante, así como puede provocar también cefaleas y migrañas. 2) Fatiga: este es el síntoma más polémico del SSC y resulta también uno de los más comunes en estas patologías. Se trata de una fatiga neurocognitiva que afecta al paciente sin que mejore tras el descanso y puede llegar a ser incapacitante: por ejemplo, puede olvidar cosas cotidianas como dónde aparcó su coche o le impide leer, ver una película o concentrarse. 3) Trastornos del sueño y la temperatura: los reguladores de los sistemas de sueño, presión y temperatura se controlan desde el sistema nervioso central. Así, el paciente presentará alteraciones en el ritmo del sueño como insomnio o sueño no reparador, además que puede despertarse constantemente por el dolor. Por otra parte, es habitual que estos pacientes sientan frío o calor repentinamente sin responder a la climatología real, así como presentan fiebre con facilidad. 4) Síndrome seco: se constituye principalmente por sequedad ocular y picor de ojos, sequedad de la boca y puede afectar a otras mucosas como la nariz o los genitales, con enrojecimiento e irritación de la piel. 5) Problemas visuales: los pacientes suelen presentar presbicia o fatiga visual, a veces a consecuencia del síndrome seco, así como fotofobia y visión borrosa. 6) Problemas auditivos: los acúfenos se consideran también una patología del sistema de sensibilización central, y suelen cursar en estos pacientes además de la fonofobia o molestia ante el ruido superior a la media. 7) Síntomas neurodegenerativos: los pacientes con sensibilidad central también presentan vértigo e inestabilidad. En algunos casos pueden presentar también dishidrosis, síndrome del colon irritable, vejiga irritable o dismenorrea. 8) Síntomas endocrinológicos: por último, los cambios de peso inexplicables son comunes en la sensibilización central, pues provoca en muchos casos alteraciones de hipotiroidismo o hipertiroidismo.