Antonio Martín Parrilla DO, BSc (Hons) Osteopathy, BSc (Hons) Podiatry, MNeuSc
La medicina osteopática representa una de dos escuelas médicas claramente definidas en los Estados Unidos. Las instituciones médicas osteopáticas expiden títulos de Doctor en Osteopatía (D.O.), y las instituciones médicas alopáticas expiden títulos de Doctor en Medicina (M.D.). El proceso educativo es similar en ambas clases de instituciones. La mayoría de los candidatos a las escuelas de medicina osteopática poseen un título universitario por encima de los tres años obligatorios de educación universitaria, y muchos poseen un master u otro título de postgrado.
Los cuatro años en escuelas de medicina osteopática se dedican al estudio de ciencias básicas y clínicas, de forma bastante similar a las escuelas médicas no osteopáticas, pero con un mayor enfoque en los principios y conceptos osteopáticos, así como en el estudio intensivo de la medicina manipulativa osteopática. Los años tercero y cuarto permiten una rotación por clínicas, oficinas y hospitales, con introducción a la práctica en las zonas urbanas deprimidas, suburbanas y rurales.
Después de su graduación, el Doctor en Osteopatía puede realizar un internado rotatorio de un año, para después entrar como residente y especializarse en cualquier rama de la Medicina. El Doctor en Osteopatía está cualificado para expedir recetas, practicar la cirugía, asistir en los partos y llevar a cabo cualesquiera otros servicios médicos necesarios para conseguir la buena salud del paciente. Desde Abril de 1985, los Doctores en Osteopatía fueron certificados en todas las especialidades, incluyendo la Medicina de Familia.
Esto no es así en Gran Bretaña donde el término D.O. hace referencia a un reconocimiento profesional «Diplomated in Osteopathy». No fue hasta 1993 cuando se regula la osteopatía que se introduce el reconocimiento académico, donde los D.O. ingleses tienen el derecho a optar por una titulación académica en este caso BSc (Hons) a parte de mantener su reconocimiento profesional. Hoy día todos los nuevos osteópatas ingleses reconocidos por el «General Osteopathic Council» son universitarios y por lo tanto son BSc (Hons) como mínimo.
La singularidad de la Medicina Osteopática consiste en la aplicación de los conceptos osteopáticos. Los practicantes de la Medicina Osteopática siguen métodos aceptados de diagnóstico y tratamiento físico y quirúrgico; asimismo están entrenados para evaluar de forma experta el sistema neuro-musculo-esquelético e intentar conseguir una mecánica normal del cuerpo. Los médicos osteópatas reconocen la capacidad del cuerpo, tanto para su autorregulación como para montar sus propias defensas contra la mayoría de las condiciones patológicas.
Así, la Medicina Osteopática reconoce la crucial importancia del sistema neuromusculoesquelético en la total expresión de la vida. Las vísceras están al servicio del sistema neuromusculoesquelético, proporcionándole nutrición y librándole de desechos. Así lo anotó George Northrup en Medicina Osteopática, una reforma americana.
El sistema musculoesquelético está estrechamente ligado a todos los demás sistemas del cuerpo, a través de los sistemas nerviosos voluntarios e involuntarios. Así, el sistema musculoesquelético es un espejo, tanto de la salud como de la enfermedad, al responder como lo hace ante la inflamación y el dolor ocasionados por desórdenes producidos en otros sistemas corporales.
Por consiguiente, al evaluar al paciente, el médico osteópata considera al cuerpo como una unidad integrada que comprende múltiples funciones complejas y estructuras relacionadas entre sí.
Otro principio importante de la Medicina Osteopática es que existe una estrecha relación entre la estructura y la función. Una anormalidad en la estructura de cualquier parte del cuerpo puede conducir a una función anormal, bien expresada localmente o distanciada de la estructura dañada. Para corregir los desórdenes mecánicos, el médico osteópata lleva a cabo una manipulación terapéutica. Esta manipulación es suave y controlada; puede ir dirigida al movimiento de la articulación o hacia los músculos o fascias. También se usa para que tenga efecto sobre la circulación, el drenaje linfático y los impulsos nerviosos.
La característica principal de la Medicina Osteopática es el reconocimiento de la capacidad del cuerpo para curarse a sí mismo, con alguna ayuda externa, de muchas condiciones patológicas. Este principio se hace eco de la creencia enunciada por Hipócrates hace más de 2.000 años: “Nuestra naturaleza es el médico de nuestras enfermedades”.
La Medicina Osteopática sigue creciendo, aunque se halla aún en posición minoritaria en el sistema de asistencia sanitaria. De las cinco escuelas que existían en 1.962, se ha pasado a las 17 que hay actualmente, más otras varias en fase de planificación. El directorio de 1.995 de la Asociación Osteopática Americana eleva a 36.013 el número de médicos osteópatas. Norman Gevitz, en The D.O’s publicado en 1.982, estimaba que, por entonces, los médicos y cirujanos osteópatas estaban proporcionando asistencia a más de 20 millones de americanos, o por encima del 10% de la población. Y lo que es más importante, la mayoría de los médicos osteópatas muestran tendencia a introducirse en las especialidades de asistencia primaria y a ejercer en las zonas con escasez de servicio.
La profesión osteopática ha cambiado incluso a medida que iba creciendo. Ha conseguido que se la reconozca como una parte significativa del servicio de asistencia médica americano. En la actualidad, está definiendo meticulosamente sus contribuciones especiales a la Medicina y está llevando a cabo varias clases de investigación para probar la efectividad de sus técnicas de manipulación. Con estos pasos, y otros similares, hacia la total realización del potencial de la Medicina Osteopática, la profesión está asegurando su posición en el ámbito médico moderno.